
Hoy martes 14 de abril, se cumplen 31 años del aniversario luctuoso de Don Alfonso Genaro Calderón Velarde; sindicalista y político mexicano.
Mientras que en años pasados se organizaban desde homenajes florales, hasta fiestas a ritmo de banda, y que fuera pretexto para encuentros y refrendar ideologías partidarias, este año, la fecha no solo pasó desapercibida, sino que el sepulcro lució abandonado.
Que diría Don Alfonso, hoy en un aniversario más de su fallecimiento y ver su tumba abandonada, sin nadie que la visite como en años pasados para recordar en homenaje su carrera como líder obrero y remembrar alguna de sus frases célebres: “llegue a batir lodo con los pies descalzos”.
Si bien es cierto que ya no es lo mismo visitar la tumba de quien fuera precursor en la transformación urbanista de Los Mochis, no es motivo para que esta fecha pase desapercibida y se perpetúe el recuerdo de tan ilustre político.
Ni sus hijos, ni descendiente alguno del exgorbernador, ni políticos, se hicieron presentes en el lugar donde yacen sus restos, en este día que debería ser memorable y aprovechar la oportunidad para demostrar el agradecimiento, máxime para aquéllos que, en su momento, recibieron alguna ayuda por parte de Calderón.
¡Bola de malagredecidos! que con este proceder sacan a relucir el verdadero interés y la conveniencia que los motivaba permanecer a su lado.
Ironías de la vida, hoy se encuentra abandonada la tumba “como florero de panteón”, sola, sucia, sin flor, sin un recuerdo, sin un beso, brillando solamente por la ausencia de algún evento que hacia mover a los políticos “calderonistas” de todo el estado hasta al panteón viejo de la ciudad de Los Mochis y, que en años anteriores le diera vida.
Solo una persona solicitó limpiar la tumba y, con sus más cercanos, recordó el momento de la partida de Calderón, ese fue aquel joven que hace ya muchos ayeres, le viera el ex gobernador bríos de político, idealista y, de modos no ortodoxos, pero si con mucha capacidad, y que a muchos años de su partida, lo demostró como alcalde del municipio de Ahome siguiendo sus pasos, el joven en alusión es Manuel Guillermo “Billy” Chapman.
Dónde estás “Chuikiki”, ¡qué mal andas ingrato! Dónde estará Carlos Loaiza y demás de los más cercanos al “el viejo”, no les extrañe que don Alfonso los reprenda en sus sueños porque ni en estos momentos de intensidad de las campañas políticas, los priistas y los oportunistas que ya brincaron a otro partido se acordaron de el de “Calabacitas”, Chihuahua; lugar donde los “cochis les topeteaban las posaderas cuando iban a hacer del baño”, lastima de ‘guayaberas’, de pantalones ‘caquis’, de uno que otro viejo de sombrero y de aquel ligero olor a ‘puro’.
Descanse en paz, Alfonso Genaro Calderón Velarde; quien falleció un 14 de abril de 1990.