Los Mochis, Sinaloa, 9 de Marzo de 2021.- La tarde de ayer lunes 8 de Marzo, a las 17:00 horas inicio en Plaza Solidaridad de Los Mochis, una manifestación de “feministas” que prometía ser pacífica por lo que terminó en el Teatro Ingenio con agresiones a periodistas y vandalizar las instalaciones.
El impacto en los Mochistenses y usuarios de las redes sociales fue de desagrado al ver que no solo rayaron paredes, escaleras, vidrios y echaron a perder una estructura de impacto en la ciudad, sino que también agredieron a periodistas que solo hacían su trabajo.
El objetivo de estas mujeres se supone que es luchar por sus derechos que se haga justicia, que haya equidad y protección femenina, pero su acción fue todo lo contrario ya que al agredir a personas que solo hacían su trabajo proyectaron que en realidad lo hacen con otro fin. Mexicanas en efecto si están hartas de la injusticia e impunidad, pero esas no son formas de hacerlo, los tiempos cambiaron y los valores se expresan en todo momento.
A su vez colocaron velas, cartulinas con víctimas de abuso sexual y relatos de casos de abusadores, este punto es correcto pero la libertad de expresión termina al agredir a personas inocentes que solo estaban ayudando con reportar su movimiento. A eso se le suma el agredir un recinto.
Al ser víctima de un abuso sexual, físico y/o psicológico, se debe actuar y expresar para hacer justicia pero el vandalizar y agredir a los demás no son formas, porque se vuelve una cadena y a su vez se deja ver la carencia de valores y educación. Varios Mochistenses expresaron su incomodidad con dicho movimiento de ayer realizado en la ciudad, la educación, seguridad y autoestima son bases para poder expresar lo “negativo” de la vida y esto se “aprende en casa y escuela”.
Reiterando su manifestación fue errónea y con eso no se hace justicia porque los verdaderos culpables siguen impunes y los inocentes son agredidos, precisamente por la cadena de estos actos vandálicos y que en realidad son espectáculos con otro fin.
“Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justicia”. Paul Auster