
Desde mi infancia estuve expuesto y dispuesto a trabajar bajo condiciones extremas, aprendí a gozarme entre la FE Y LA VOLUNTAD.
Me educaron las ausencias y las soledades, por ello no me tiembla la mano cuando debo correr riesgos, porque lo he perdido todo y aun así DIOS me ha dado la fuerza para provocar grandes resultados en las peores condiciones.
La vida me fue enseñando a no esperar las circunstancias perfectas, sino a provocarlas.
El pedregal me forjó para hacerme de la reputación de aquellos que cumplen misiones que parecen imposibles, sueños aterradores, de esos que hacen la diferencia entre la derrota y la victoria ✌️.