La austeridad del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue ignorada en la boda del ex alcalde de Culiacán Jesús Antonio Valdés Palazuelos, mejor conocido como “Chuy Valdés”.
Una boda con una inversión de más de 3 millones de pesos, “dejando claro que para él no son nada”. Tremendo gran exceso fue lo gastado, ya que el PRI está pasando por un tiempo difícil, partido que lucha por la reafirmación partidista al instituto político con poca respuesta de militancia como muestra de repudio a una dirigencia indolente y una de las más raquíticas encabezadas en la historia del PRI del Estado, donde se perdió la oportunidad de haber realizado una redada y de esa manera acabar con la corrupción.
La celebración nupcial es sinónimo de impunidad y traición hacía el Estado, al partido y al País, contando con la presencia de políticos de talla estatal y nacional, siendo cómplices del acontecimiento.
Artistas de talla internacional pusieron ambiente y aderezaban melódicamente la carísima variedad de vinos, licores y postres como Milky Way. Sarcástico evento que dejo ver la falta de ética y el compromiso de su posición dentro de la política, ojalá que el suceso no se convierta en el peor enemigo en las próximas elecciones.
“Le dejo de tarea lo escrito para su reflexión…” (Julio C. Martínez).